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ESTE ES UN PAÍS EN EL QUE NO HAY PERSONA HUMANA QUE PUEDA VER TODOS LOS ESTRENOS

Plenario de Tendencias Escénicas, Universidad de Palermo, 2015.

El día 12 de noviembre pasado se desarrolló el Plenario Fundacional de Tendencias Escénicas que reunión, por primera vez, a los integrantes del Comité Académico del congreso Tendencias Escénicas que se desarrolló los días 25 y 26 de febrero de 2014.

Así, entre los presentes estuvieron: Oscar Araiz, Héctor Calmet, Alejandra Darín, Javier Daulte, Betty Gambartes, Jorge Ferrari, Willy Landín, Carlos Pacheco, Eduardo Rovner, Héctor Schargordosky, Gustavo Schraier, Luciano Suardi y Diego Vainer. Además se contó con la presencia de Andrea Pontoriero, coordinadora del Congreso Tendencias Escénicas y el Decano de la Facultad de Diseño y Comunicación Oscar Echeverría.

Andrea Pontoriero relató brevemente la historia del fuerte vínculo de cooperación institucional que la Universidad de Palermo mantienen con el Complejo Teatral Buenos Aires (CTBA) desde hace ya diez años: “En el marco del décimo aniversario de este convenio es que planteamos la necesidad de realizar un Congreso de Tendencias Escénicas que reúna profesionales, artistas y teóricos de las diferentes áreas y actividades escénicas en un mismo espacio de exposición, intercambio, reflexión y debate colectivo sobre el presente y el futuro del espectáculo”, dijo. Gustavo Schraier, coordinador del Plenario, agregó “La idea de reunirlos hoy acá es invitarlos a reflexionar sobre qué piensan que está sucediendo con la escena en general en Argentina y cómo avizoran el futuro de la misma”.

Son muchos preámbulos, y luego de escuchar esta introducción, el escenógrafo, vestuarista y director de arte Jorge Ferrari abrió el juego a la charla comentando su inquietud por el visible cambio de paradigmas que lleva a una evolución constante de la relación entre los circuitos del teatro oficial, cada vez más abarcativo de cosas antes impensadas, el comercial y del teatro off, con propuestas cada vez más inabarcables: “El fenómeno ‘no hay más localidades’ en algunos espectáculos off y las temporadas cada vez más cortas en el teatro comercial son cuestiones que impactan directamente en el modo que vamos a accionar de aquí en adelante. Esto se trata de una adaptación permanente porque los bordes se han desdibujado, todo está más mezclado y, hasta resulta común que un actor comercial se encuentre lunes y martes haciendo teatro alternativo”, exclamó convincente.

Acto seguido, Javier Daulte respondió a Ferrari diciendo “Hay algunas producciones comerciales que tienen temporadas largas de dos años. Creo que todo este movimiento colabora en que el teatro de Buenos Aires hoy goce de una excelente salud. Estamos en un muy buen momento en comparación con los ’80, donde la luz se apagaba temprano en calle Corrientes”.

Siguiendo con la reflexión, el dramaturgo Eduardo Rovner y el periodista Carlos concordaron en afirmar que el fenómeno que está sucediendo en el teatro de Argentina debería analizarse desde una perspectiva más global. Gustavo Schraier se sumó a este discurso agregando que el teatro público está viviendo un conflicto que debe ser analizado y que, finalmente, el hecho de que la cultura hoy sea un derecho o un lujo es parte de una resolución sobre todo política.

Luego de escuchar atentamente a los oradores, la actriz Alejandra Darín expresó: “Que se corte la cultura en un lugar o que se amplíe, eso también es cultura. Nuestra realizada tiene que ver con lo complejo, con la aceleración –que me perturba- y con la variedad. Tenemos muchas formas de hacer convivir la cantidad de espectáculos que se presentan y eso es, sin dudas, tendencia. La alternativa es tendencia”.

Por su parte, Oscar Araiz expresó su preocupación sobre el acortamiento de las obras, una tendencia acelerada que no sabe describir si se produce como consecuencia de las necesidades del productor o de los espectadores. Y Daulte al respecto dijo “En Barcelona, por ejemplo, ya no se realizan obras largas. Esto es parte de un snobismo que hoy ha sido desplazado por la evolución constante de los espectáculos, por las necesidades y costos fijos de las salas, por las expectativas del público, entre otras cosas. A mi criterio, hoy vivimos tiempos más calmos en el espectáculo, tiempos más reflexivos, porque pudimos entender al teatro como un arte elaborado”. Además, Héctor Calmet contrastó: “Creo que ese tema depende siempre del tipo de público”.
Siguiendo con esta línea temática, Carlos Pacheco concluyó que la duración no debería interesar si la experiencia es intensa. Al respecto expresó: “Lamentablemente, la tendencia a contar historias cada vez más cortas genera obras poco interesantes que llevan al espectador a un estado de aburrimiento total”.

Para sumarse al debate, Luciano Suardi agregó que el tema de la duración depende también de la puesta en escena y ejemplificó con la versión de Galileo Galilei de Rubén Szuchmacher, en donde se respetó el texto, se hicieron dos intervalos y aún así, la obra tuvo mucho éxito en el público, que no se retiró en ninguno de los cortes”.

Javier Daulte, nuevamente tomando la palabra, explicó que en el teatro americano, por ejemplo, las obras se acortan porque el público está acostumbrado a cierta duración y con esto, la crisis no está en la dramaturgia sino en la dirección: “Si bien el teatro comercial está menos avanzado –porque va a lo seguro-, el teatro alternativo dispone ya de directores que tratan de investigar la puesta en escena, de ver en qué se está transformando, cuál es la novedad. Se piensa en la antipuesta, en hacer las cosas para que estén mal deliberadamente. Y con esto, la dirección avanza en detrimento de las narraciones”, dijo convencido y Pacheco reforzó: “Con todo esto, el lugar del autor del texto pasa a otro plano y, lo importante, lo que llama la atención, es el juego escénico de los actores”.

La preocupación por el relato fue, sin dudas, uno de los temas que más integró a los invitados del Plenario y, casi finalizado el encuentro, Héctor Schargordosky tomó la palabra para no sólo agradecer afectuosamente la invitación a ser parte de este Plenario, sino para expresar su opinión sobre todo lo conversado. Así, el director de la maestría en la administración de organizaciones del sector cultural y creativo dijo: “Escuché con atención cada tema que se desarrolló y creo que con todo esto deberíamos empezar a discriminar algunas cuestiones para poder trabajarlas en el Congreso Tendencias Escénicas. Por ejemplo, cuál es la economía del teatro actual, si realmente es saludable, si se puede mejorar, cuáles son las aproximaciones a las tendencias, entre otras”.

Por su parte, Rovner expresó su descontento con la costumbre de hablar de teatro en general diciendo: “Hay diferentes tipos de teatro y, aunque esto no implica una división absoluta, no es lo mismo hablar de teatro off que de comercial. Los intereses son distintos y por ello, hay que separar el mundo del teatro con el del espectáculo”.

Cuando Willy Landín, director teatral y de ópera, tomó la palabra, respondió a sus compañeros explicando: “Tenemos que entender que toda la movida de los ’80 fue algo que brotó del piso como yuyos, sin apoyo, con potencia de trabajo. Dado esto, parece antiguo hablar de teatro comercial u off, porque la misma aceleración hizo que ya todo esté mezclado y que los límites se desdibujen”.

Casi cerrando la puesta en común, Daulte expresó decisivo: “Más allá de todos los planteos que podamos hacer sobre las diferencias del teatro comercial con el oficial o con el off, este es un país en el que no hay persona humana que pueda ver todos los estrenos. Tenemos una vitalidad y un vigor que nos diferencia en nuestra totalidad de otros países, donde sólo el dinero motiva la creación de espectáculos”. “En Argentina, el teatro forma parte de nuestro estilo de vida”, completó Ferrari.

Habiendo escuchado con atención a todos los integrantes del Plenario, el músico Diego Vainer dijo: “El teatro tiene algo que lo diferencia de otras artes. Tiene vitalidad, dinámica desprejuiciada, gente que busca permanentemente estrategias para hacerlo crecer. Ojalá dentro de la música pudiéramos tener algo de esa virtud”. Y Betty Gambartes, concluyó: “Yo veo autogestión en todas las artes, veo gente joven que hace mucho esfuerzo por crear variedad de talleres, actividades y cooperativas, incluso en la plástica y en la música”.

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